martes, 31 de mayo de 2011

ENTIERRO DE JOSÉ MARTÍ EN SANTA IFIGENIA. (Santiago de Cuba)

   HISTORIA DE CUBA

Su mérito más relevante fue unir a los cubanos en una unidad dinámica,
históricamente concebida y dialécticamente lograda.
(José Antonio Torres en La dignidad nunca muere) Entierro de José Martí en Santa Ifigenia .
Por: Maria Teresa Villaverde Trujillo
 



Como este algarrobo, otro de su misma especie fue
silencioso testigo
cuando José Martí cayó mortalmente herido a los
                    42 años de edad.



Así fue la declaración de Máximo Gómez de los suceso del día 19 de mayo: cuando llego al centro, veo a Miguel de la Guardia con el caballo mal herido y me dice: Marti ha quedado mal herido por allí. ¡Como! dije y me lance por el camino real. Cuando llegue a los troncos de los árboles gordos que allí habían, una descarga me hace notar que el enemigo que había muerto a Martí, estaba allí. Ya el cadáver de Martí en poder del enemigo avanzando con fuego nutrido para limpiar su retaguardia, y como nuestra retirada tenia que ser por un camino derecho y estrecho temí que al enfilar los fuegos nos hicieran mucho daño..

Con posterioridad Gómez declaraba: Murió en una hora de dura refriega y a los primeros pasos de esta guerra, como si al despertar de este pueblo, que el mismo sacudiera, quisiera haberle dado ejemplo de resolución y bravura... ¡Mayor grandeza no se puede esperar de un hombre!.
Inútil había sido todo esfuerzo tratando de rescatar el cadáver de José Martí conducido a marcha forzada por tropas españolas, llegando a El Hatillo donde escondieron el cadáver de Martí.  Llevado después a Remanganaguas, enterrándosele sin formalidad alguna- en una fosa común. El 21 de mayo se ordena exhumar el cadáver y trasladarlo a la capital provincial.  El día 23, levantado el acta correspondiente, el cadáver fue examinado y embalsamado por el Dr. Pablo A. Valencia. Se coloca el cuerpo en un miserable ataúd y custodiado por una columna de algo mas de seiscientos hombres avanzan los españoles con tan preciada carga desde San Luis hasta Palma de Soriano a donde arriban el 25. El féretro es expuesto al publico y mas tarde trasladado al cuartel de las milicias.

Al día siguiente es llevado por tren hasta Santiago de Cuba, arribando al inicio de un doloroso atardecer al cementerio donde, el 27 de Mayo de 1895 seria enterrado en el nicho 134 de la galería Sur del cementerio de Santa Ifigenia, en Santiago de Cuba. El Gobernador militar de la plaza dispuso que el entierro se efectuara a las ocho de la mañana en medio de extremas medidas militares, aunque los cubanos Antonio Bravo Correoso y Joaquín Castillo Duany habían solicitado al capitán español Enrique Ubieta que les permitieran identificar el cadáver de Marti, quien hablando con el Comandante de las fuerzas en el Cementerio accedió a que fueran al lugar donde estaba el ataúd, reconociendo ellos que efectivamente era José Martí. En ese momento  Higinio Martínez aprovechó la oportunidad para tomarle una foto al cadáver, publicada días después, en un semanario habanero.



-Esta foto apareció por primera vez en la Iconografía de Martí de 1925.
Carlos Ripoll reprodujo la fotografía post-mortem en su artículo La Autopsia de José Martí
 
 Ximenez Sandoval haciendo uso de la palabra en el entierro de José Martí.

Ximenes de Sandoval rindió honores al caído en Dos Ríos.  Al frente de su tropa invitó a los presentes a decir algunas palabras de duelo funeral. Al no recibir respuesta, él mismo pronunció una breve oración, en  la que a su vez hacía honor a la España de los Grandes Capitanes: los oficiales Federico de Capdevila y Nicolás Estévanez cuando el triste hecho del fusilamiento de los estudiantes de medicina en 1971, en La Habana..
 
...Señores: Ante el cadáver del que fue en vida José Martí, y en la carencia absoluta de quien ante su cadáver pronuncie las frases que la costumbre ha hecho de rúbrica, suplico a ustedes no vean en el que a nuestra vista está, al enemigo, y sí al cadáver del hombre que las luchas de la política colocaron ante los soldados españoles. Desde el momento que los espíritus abandonan las materias, el Todopoderoso, apoderándose de aquéllos, los acoge con generoso perdón allá en su seno; y nosotros al hacernos cargo de la materia abandonada cesa todo rencor como enemigo dando a su cadáver la cristiana sepultura que los muertos se merecen.  Cuando pelean hombres de hidalga condición, como nosotros, desaparecen odios y rencores. Nadie que se sienta inspirado de nobles sentimientos deben ver en estos yertos despojos, un enemigo, sino un cadáver. Los militares españoles luchan hasta morir, pero también tienen consideración para con el vencido, y honores para los muertos. He dicho.


NOTA del presidente de ASCUEX ; Divulgar la Historia de Cuba , es amar a la Patria.





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