domingo, 7 de agosto de 2011

Guanajay "Reflexiones del Párroco Francesc Carrero Vidal S. ch."






Desde el campanario de su Parroquia el Padre Francesc Carreró Vidal  reflexiona
 

Aprovechando la visita Vacacional del Párroco de  la Ciudad de Guanajay  (Diócesis de Pinar del Rió en Cuba), a  su  pueblo natal  en  Sitges , Barcelona  donde residen sus hermanos,  Jaume, Carlos, Eulalia , cuñados  y sobrinos  expondré en este artículo una de sus reflexiones sobre CELAM  que aparece en la Revista  Católica  “El Pensador” de Guanajay . Le deseamos una estancia feliz en compañia de familiares y amigos
CELAM»

Francesc Carreró

 Los representantes de
nuestros pastores van a reunirse, una vez más, el 13 de
mayo, para examinar la situación de la Iglesia en
América Latina. Yo recuerdo con emoción las reuniones
de Medellín, Colombia, año 1968 y Puebla, México, 1979.
La primera porque recogió el espíritu del Vaticano II y la
segunda porque me encontraba en México en aquellas
fechas. Las otras dos, Río de Janeiro, año 1955, y Santo
Domingo en el año 1992, me pillaron “out” por razones
diferentes. Medellín y Puebla fueron dos revulsivos de
primer orden para la cristiandad latinoamericana.
Obispos de gran talla pusieron en marcha los decretos
Conciliares en sus diócesis y fueron seguidos con
entusiasmo por el Pueblo de Dios a ellos confiado. La
Iglesia ocupó el lugar que le correspondía en medio de
la sociedad. Los pobres levantaron su voz. Jesucristo
aparecía con fuerza a través de sus discípulos en todas
las esferas de la sociedad. Como no podía ser de otro
modo, aparecieron también los Judas, los envidiosos,
los delatores y corrió abundantemente la sangre.
América Latina se convirtió en el gran Coliseo Romano
que espera aún el reconocimiento oficial de tanta
generosidad y sacrificio. Qué bueno sería que en
Aparecida (Brasil), donde ahora se reúnen nuestros
Pastores, se canonizaran todos los mártires, miles,
latinoamericanos y además nuestros Obispos
renunciarán a sus arcaicas vestimentas, cambiaran el
lenguaje de nuestras liturgias e inculturasen los ritos.
Confiaran más en los pastores locales. Eliminado el
Limbo, eliminasen los bautizos tradicionales. Se
atrevieran con el sacramento de la Penitencia y con el
sacramento del Orden. Denunciaran, de palabra y obra,
las situaciones de injusticia del mundo económico, las
desigualdades sociales, la situación de pobreza, en
muchos órdenes, de gran parte del Continente, se fiaran
más de los laicos comprometidos en el cambio social,
cultural, político y ecológico. Dejaran el lugar que le
corresponde a Jesús y a su Espíritu, ocupado muchas
veces por la Iglesia. No tuvieran miedo a poner a nuestra
Madre María en el lugar que le corresponde como Madre
de Dios y no como Diosa Madre. Y es que los sacerdotes
viejos que vivimos el Concilio nos vemos muy
desconcertados con las actitudes de gran parte de
nuestros Pastores. ¡Escoger el 13 de mayo, en lugar dePentecostés, para ese gran evento! Ya me dirán. .




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